"Son ustedes mi parlamento, porque el 14 de marzo, sin tener aún el cadaver de mi hijo, yo fui a votar... por eso les pido consenso para evitar que se repita"
Pilar Manjón, portavoz de la Asociacion Afectados del 11M explica que a ellos no les interesa saber qué pasó entre el 11 y el 14, sino qué falló antes para que murieran sus seres queridos
Las palabras más frecuentes en publicidad son "gratis", "nuevo", "mejor", "oferta" y últimamente "promo". En diciembre se añade una más, "regalo"
Regalar es identificarse con el destinatario. Ernest Dichter, el famoso investigador motivacional, escribió que un regalo debe reflejar tanto la personalidad del que lo compra como la del que lo recibe. Y que cuanto más novedoso mejor, porque se entiende que el donante invirtió su valioso tiempo en elegirlo. Lo imperdonable es regalar algo que no sea estrictamente personal. No causa buena impresión obsequiar a la esposa una batería de cacerolas, pese a la presión ejercida actualmente desde el canal Gourmet, o un juego de sábanas, aunque sean de Playboy. Creo que todavía hay cosas más concretas, menos costosas y hasta más originales para regalar, por ejemplo, un libro. Parece un objeto familiar, pero resulta extraño en la mayoría de los hogares. Un vestigio de la apagada Galaxia Gutenberg. Una investigación que acaba de difundirse reveló que, en nuestro país, más de la mitad de la gente admitió no haber leído un solo libro este año. Sin embargo, como regalo, un libro dura más que una corbata y un perfume, y entona el espíritu mejor que un licor. 15/12/2004 - LA FLECHA.net
El químico alemán Robert Wilhelm Bunsen (1811-1899), inventor del conocido mechero de gas que lleva su nombre, nunca se casó. Dicen las malas lenguas que la razón de su soltería estaba en el hedor que desprendían los productos con los que trabajaba. Los malos olores siempre le acompañaban en la ropa y el pelo.
¿Por qué demasiado a menudo los niños pierden en la escuela el intenso deseo de aprender con el que nacen? Para explicar este fenómeno se puede invocar a las desigualdades sociales o a la situación familiar. También puede culparse a los profesores. Sin embargo, la influencia en el comportamiento de los alumnos no es tan fácilmente delimitable. Según los especialistas, los incentivos que se reciben en casa son esenciales, aunque también lo es la relación de los alumnos con sus maestros, que comprende incluso una relación de afectividad que los profesores deben tener en cuenta siempre, puesto que se sabe a ciencia cierta que los niños no pueden aprender en un medio no afectivo. Pero aún queda un tercer factor que apenas se tiene en cuenta y que, sin embargo, es igual de importante: la prueba de la colectividad. En una clase donde los niños son el objeto de evaluación constante por parte de los profesores, el proceso de comparación social funciona permanentemente, sobre todo entre alumnos del mismo sexo.
Los investigadores que empiezan a preocuparse por este tema afirman que este elemento de comparación influye profundamente en los alumnos, tanto en sus actitudes como en sus motivaciones. Afirman además que, teniendo en cuenta la idea del “sí mismo” escolar de los alumnos, los profesores podrían favorecer la comparación por lo alto en clase, aunque no con los mejores estudiantes, sino con aquellos cuyas notas son sólo ligeramente superiores a la media. Asimismo, habría que intentar no mostrar claramente la falta de aptitud para determinadas materias de los alumnos más flojos, sino intentar destacar sus capacidades en la medida de lo posible.
El sentimiento de debilidad o de incapacidad preconcebidas frente a algunas asignaturas aumenta por tanto la desmotivación ante ellas. Y, por el contrario, una mejor estima de sus aptitudes motivaría a los alumnos, permitiéndoles tal vez recuperar su deseo innato de aprender. -
Vanessa Marsh - 10/12/2004 - ****************/
Vanessa Marsh - 10/12/2004 - ****************/
SAN FRANCISCO IN RUINS - The 1906 Aerial Photographs
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