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En los días en que un helado costaba mucho menos, un niño de 10 años entró en un establecimiento y se sentó a una mesa. La mesera puso un vaso de agua en frente de él. "¿Cuánto cuesta un helado de chocolate con almendras?" pregunto el niño. "Cincuenta centavos", respondió la mesera. El niño sacó su mano de su bolsillo y examinó un número de monedas. "¿Cuánto cuesta un helado solo?", volvió a preguntar.Algunas personas estaban esperando por una mesa y la mesera ya estaba un poco impaciente. "Treinta y cinco centavos", dijo ella bruscamente. El niño volvió a contar las monedas. "Quiero el helado solo", dijo el niño. La mesera le trajo el helado, y puso la cuenta en la mesa y se fue.El niño terminó el helado, pagó en la caja y se fue. Cuando la mesera volvió, ella empezó a limpiar la mesa y entonces le costó tragar saliva con lo que vio. Allí, puesto ordenadamente junto al plato vacío, había los treinta y cinco centavos y veinticinco más... su propina. A veces dar implica mesurarnos ciertas cosas para otorgar a otros







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En una ocasión, por la tarde, un hombre vino a nuestra casa para contarnos el caso de una familia hindú de ocho hijos. No habían comido desde hacía ya varios días. Nos pedía que hiciéramos algo por ellos. De modo que tomé algo de arroz y me fui a verlos. Vi cómo brillaban los ojos de los niños a causa del hambre. La madre tomó el arroz de mis manos, lo dividió en dos partes y salió. Cuando regresó le pregunté qué había hecho con una de las dos raciones de arroz. Me respondió: "Ellos también tienen hambre". Sabía que los vecinos de la puerta de al lado, los musulmanes, tenían hambre.Quedé más sorprendida de su preocupación por los demás que por la acción en sí misma. En general, cuando sufrimos y cuando nos encontramos en una grave necesidad no pensamos en los demás. Por el contrario, esta mujer maravillosa, débil, pues no había comido desde hacía varios días, había tenido el valor de amar y de dar a los demás, tenía el valor de compartir.
Frecuentemente me preguntan cuándo terminará el hambre en el mundo. Y yo respondo: "Cuando tú y yo aprendamos a compartir". Cuanto más tenemos, menos damos. Cuanto menos tenemos, más podemos dar. - Madre Teresa de Calcuta -




Ya ves, que vamos avanzando, cumpliendo este camino. No lo sé, ya ves.
Ya ves, que vamos recordando, creciendo hacia el ocaso. No lo sé, ya ves.
Ya ves, qué pálidas palabras se pierden en la noche sin hallar solución.
Ya ves, que hemos ido surgiendo de inciertas y duras voces de desesperación.
Recuérdame, como un árbol batido, como un pájaro herido, como un hombre sin más.
Recuérdame, como un verano ido, como un lobo cansino, como un hombre sin más.

Ya ves, que fuimos agrietando los muros mantenidos. No lo sé, ya ves.
Ya ves, que estamos añorando unos niños perdidos. No lo sé, ya ves.
Ya ves, qué voces diferentes se cruzan en el alba buscando la verdad.
Ya ves, que fuimos puente herido, de abrazos detenidos, por ver la libertad.
Recuérdame, como un árbol batido, como un pájaro herido, como un hombre sin más.
Recuérdame, como un verano ido, como un lobo cansino, como un hombre sin más.

Jose Antonio Labordeta - Ya ves





El tiempo es tu mejor maestro. Sólo tiene un defecto ¡Te mata!
El tiempo es tu mejor amigo y tu peor enemigo, tu mejor amigo para hacerte olvidar los pesares, y tu peor enemigo cuando te das cuenta de que al olvidar has perdido la mitad de tu vida.
La única manera de vivir, es hacer definitivo cada instante.
El tiempo no es sino el espacio entre los recuerdos.
Cada minuto que pasa es una portunidad para cambiar todo.
Cada minuto que pasa es único y precioso, aprovechalo, porque no volvera jamás.
El tiempo pasa, la vida sigue.
El presente no existe. Es un punto entre la ilusión y la añoranza.
El tiempo no cura nada, solo nos enseña a vivir con el dolor.
Vive el hoy, piensa en el mañana y acuerdate del ayer, pero no dejes de vivir hoy.
Sólo el tiempo nos muestra el poco tiempo que tenemos, así que no dejemos pasar el tiempo.


El tiempo sólo entierra lo que el corazón ha dado por muerto.


Tómate tiempo en buscar un amigo, pero sé más lento aún en cambiarlo.



El "tiempo", sin "ti", es "empo".




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